Soledad II

Al bello horizonte, sentado miro,
Con las manecillas y su tardanza,
Como estas de vida son un suspiro,
Las espero ya, sin gran esperanza.

Mi corazón yo al destino dejé,
Sin saber, que éste, con el jugaría,
Que el esto resolver podría pensé,
Y no que la vida me quitaría.

Ahora aquí estoy yo solo sentado,
Pensando una vez más solo, sólo en ti,
Sin saber que yo mi tiempo en ti pierdo.

Aturdes soledad, los sentidos en mí,
Contigo, de amar huir he tratado,
Sin saber que el amor busco en ti.

„El amor es como el fuego. Ven antes el humo los que están fuera… que las llamas los que están dentro.“