Responsabilidades twitteras
Cada quien es y debe ser responsable de sus actos. Si yo choco o atropello a alguien en estado etílico, no me hace menos responsable. Me hace igual (o filosóficamente hablando más) que una persona sobria.
Si un reportero de algún periódico, noticiero, etc, publica una nota que es falsa, incompleta la verdad, etc. Tiene responsabilidad con el público, ya que, en mayor o menor cantidad mucha gente toma el noticiero de Lopez Dóriga como la „puritita“ verdad, o a Ruiz Healey como el opinador profesional de la verdad. Sin tener ningún grado de interés en buscar otras fuentes, leer entre líneas, ilustrarse, investigar. Es más cómodo prender el noticiero de Televisa durante una hora, hacer como que ya estamos enterados del mundo y vivir felices.
Pero estamos de acuerdo que hoy en día (y ha sido una gran discusión la responsabilidad) la gente (muchos, no todos) se ha vuelto un foco de información, a veces precisa, otras… puro ruído. Y entonces nos preguntamos en quién cae la responsabilidad.
Creo que en el caso de una revista (CNN Expansión), un periódico (El Universal), un portal de noticias (CNN México), etc es claro que el 90% de la responsabilidad cae en ellos sobre la información que publican. Por el simple hecho que se les considera una fuente „oficial“ de información, veraz, precisa. No tengo que ir a Veracruz a enterarme de las inundaciones, x noticiero lo hará por mí (obvio e inevitable, necesitaria una máquina teletransportadora para estar en todos lados y ver todo). Por ello espero que sea lo más cercana a la realidad la información que me den.
Históricamente sabemos que los medios son el cuarto poder (buena película con John Travolta Mad City – El Cuarto Poder) y pueden modificar la verdad para su conveniencia (Televisa y TV Azteca hacen un amplio uso de ello, decidiendo qué publicar y cómo, dándole tintes a veces de sus intereses).
Sin embargo cabe la pregunta en el caso de el microblogging o blogging, ¿de quién es la responsabilidad de lo que se dice?. Naturalmente podemos decir: <<Pues tuya, tú lo estás escribiendo, ni modo que yo. Yo no escribí que el Holocausto no existió>> Pero en dónde queda la responsabilidad del lector de tomar las cosas, como dicen los norteamericanos, <<Cum grano salis>>.
Hoy en día las redes sociales están de moda, Facebook y Twitter. Y todo mundo dice y comenta de todo en ellas. La información vuela. Ves a un perrito siendo pateado por un don, y el tweet/foto recorre el mundo en cuestión de retweets. Se dice y se pondera el hecho que la revolución egipcia se dió gracias a las redes sociales.
Entonces por un lado defendemos la libertad de expresión de decir que el señor Hosni Mubarak es un delincuente, aplaudimos a egipcios que twittearon/facebookearon toda la revolución, nos indignamos cuando les cortan el internet para callarlos, pero no soportamos decir que la empresa no te da sillas decentes. O que tú jefe es un idiota. O que tus condiciones de trabajo son infrahumanas.
Cuál es la diferencia entre twittear <<El señor Mubarak tenía a sus ciudadanos en situaciones infrahumanas>> a twittear <<El señor X de la empresa Z tiene a sus empleados en situaciones infrahumanas>>. O sea en el caso de Egipto es una revolución por el bien del pueblo, ¿y en el caso de la empresa no es una revolución por el bien de los empleados? ¿#NOT?
Claro, podremos pensar <<Tú elegiste esa empresa, si no te gusta vete>>. Bajo esa premisa puedes decir <<Si no te gusta tu país vete>>. <<No, ahí no aplica porque no es tan fácil cambiarse de país como de empresa>>. Ah ¿sí?. Con la ¿recesión?, con la falta de empleo, con la pésima economía y oportunidades, ¿en verdad es fácil cambiar de empleo?.
En ese contexto, entonces tampoco deberíamos de abogar por los inmigrantes mexicanos en EUA. ¿Por qué preocuparnos por sus condiciones de trabajo?, si no les gusta que búsquen otro o se regresen. No es tan fácil, ¿verdad?.
Yo tengo el <<derecho>> de decir que soy priista, perredista, que me voy de fiesta, etc. ¿Siempre y cuando no sea en twitter? Hace poco Facebook lanzó su nuevo sistema de comentarios y algunas páginas lo han empezado a implementar. Sin embargo ésto viene con graves problemas. El más básico es si estamos listos para comentarios no-anónimos.
Si me pasan el link a un foro de gays y opino que debería de haber más derechos a su favor y aparece mi nombre vinculado a mi perfil de Facebook, que evita que un empleado me stalkee en google, llegue a esa página y me hagan la vida de cuadritos en la empresa por un mal entendido (creer que soy gay) hasta que eventualmente renuncie, porque no me pueden correr.
¿Dónde está entonces la libertad de expresión? ¿Quéjate pero sólo si cinco personas máximo te escuchan? Empresas circulan y circulan boletines de no twittees, no subas tus fotos ebrio al Facebook, etc etc. Siempre hemos hecho lo mismo, jefes que se embriagan, empleados que se echan a todas las secretarias. Jóvenes que se drogan, etc etc. ¿Antes aplicabamos entonces ojos que no ven corazón que no siente?
<<Sabemos que eres un completo ebrio y que todas las tardes te echas dos six de cervezas, pero como nunca te veíamos beber no nos importaba. Ahora lo twitteas y nos enojamos porque nos das mala imagen>> WTF?
Alguna vez me dijeron:
<<No twittees lo que no le dirías a una persona de frente>> Punto claro y entendido, entonces tengo que subir con el CEO de la empresa y decirle que estoy inconforme porque no tengo espacio para mi automovil y rogar que no me corra. ¿O con el CFO?, ¿el CMO?, ¿el CTO?, ¿el CPO? y ya se me acabaron los CXO. El hecho de twittearlo, no lo hace anónimo (todos saben quién eres en twitter), te da protección por masa. Que fue lo que pasó en Egipto. Si una persona grita abajo el gobierno lo mandan a la carcel. Si cien personas gritan abajo el gobierno, seguro le echarán a los soldados y habrá caos. Pero si todos gritamos abajo el gobierno, ¿quién nos callará?
Y podría seguir filosofando, pero hay innumerables artículos al respecto. Por eso mi conclusión después de todo este artículo vacío y sin sentido. Es que la responsabilidad cae en ambos (el que escribe y el que lee), pero a diferencia de los los periodistas, lo que yo diga vale si a caso 10%, el 90% es cómo lo tomas TÚ.
Si no te gusta que diga que el Holocausto no existió no me leas. Si no te gusta que me queje de cada dos pasos que doy, no me leas. Si no te gusta nada de mí NO me leas y ya. Si no te gusta que me queje de que la silla es un asco, dame una silla buena. Si no te gusta que me queje que la comida es un asco, dame buena comida. Si no te gusta que twittee/facebookee tus errores, no los hagas o corrigelos. Y, naturalmente, yo tengo la responsabilidad de definir, decidir, filtrar, etc mis comentarios, quejas/sugerencias.
Así que la próxima vez que re/twitteen un artículo como <<Ojo con los tweets de los empleados>> habría que pensar si el empleado está mal por twittear que odia llegar a la oficina porque la silla es un asco y ya le duele hasta el coxis, o si es culpa de la empresa porque es negligente y ni siquiera una silla decente puede darle al empleado.
Mientras, seguiré subiendo mis fotos ebrio, quejándome de las cosas que podrían cambiar y no lo hacen, de las inconformidades por burocracia empresarial, de cómo a veces soy un estúpido, de MIS errores. Así que no sea sorpresa cuando twittee los tuyos, porque no esperaría menos de tí sobre los míos.
La imagen de tu empresa es la que representa tú empleado. Si el empleado está inconforme no es su culpa (90% de las veces, hay los que se quejan por quejarse), es tú culpa como empresa.
Trabajar en Google no creo sea una panacea para el 100% de lso empleados, seguramente habrá quejas e inconformidades, ¿pero por qué se leen pocas? ¿Porque Google les dijo cállense? Noup, simplemente porque un empleado feliz, es un empleado que se queja.
Así que la próxima vez que callen a un empleado, piensen si la culpa es de él o de la empresa. Y si es de la empresa, que ha hecho para que el empleado no se queje.
Y todo esto fue derivado por el artículo http://www.cnnexpansion.com/negocios/2011/03/09/publicar-en-internet-afecta-a-tu-empresa