Il Divo

Despues de escuchar tres horas de Il Divo, no pude evitar venir y poner esto…

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„Ganz allein – ich will alleine sein,
Ich will nichts hören – will nichts sehen
Will alleine mit dir sein“

El día de ayer ocurrieron muchas cosas en el decurso de esta cosa inverosímil, la cual denonima el mundo como vida.

¿Qué cosas atañieron mi vida que me hicieron entrar en un estado de intransigencia total? Una pregunta que por rato me quitó el pensamiento. Un acto de alevosía racional, que hacía mi necesidad cambiante una irregularidad constante.

Podría decir que no dormí, pero lo hice. Podría decir que no comí, pero lo hice. Podría decir que no soñé, pero lo hice. Podría decir que no fuí nada, pero aquí estoy.

Y esa razón que me hace aquí estar eres tú. „¿Por qué tú?“ Me preguntarás, „¿Por qué no?“ Te responderé.

El nao del tiempo que me hizo navegar el día de ayer por tantas preguntas, me hizo acercarme a algunas, cuya respuesta era una necesidad cíclica de repetir tu nombre.

¿Te molesta que yo beba? Por tí lo dejaría. ¿Me molesta que tú no estés? Si, porque te necesito. ¿Pienso en tí constantemente? Sí, porque sino no tendría razón de ahorita estar y volver a ser.

No sé si tú plan maquiavélico ha sido atraparme entre tus hilos de belleza que me envuelven en un capullo, pero sí estoy seguro que al salir de el, seré la metamorfosis más feliz gracias a tí. No sé si fué tú interés me fijara en tí, pero desde que te conocí no pude quitar los ojos de tí. No sé si fué tu cariño el que me hizo admirarte, pero me he vuelto el esclavo de tu pensamiento. No sé si fué el tiempo o el destino, el que hizo que tu y yo nos encontraramos, pero sí sé fué el tiempo el que me hizo no querer separarme de tí.

La necesidad ha sido parte primordial de las personas. Necesidad de existir, necesidad de no olvidar. Pero, ¿Cómo existir, si la que necesito es a tí?, ¿Cómo olvidar, si olvidarte sería olvidar quién soy?. El tiempo se desvanece, cada mañana amanece, para cada noche morir. Cada mañana se levanta susurrandome tu nombre al oido, mientras cada noche evita duerma para que no deje de pensar en tí. Cada paso que doy grita tu nombre, cada respiro evoca un recuerdo tuyo. Mi vida se ha vuelto un dolor al no estar tú en ella.

No sé que más debería decirte, o que más debería pensar, pues todo me llevaría eventualmente de regreso a tu nombre. No sé qué mas debería de hacer para que tu comprendas como esta alma en pena trajina los mares del sufrimiento, la devastación domina la tierra de mi desesperación, y tan solo tú puedes rescatar estas palabras y transportarme a inocuo lugar de ignota paz.

Con éste último suspiro de alevosía mi corazón se rebela a mi cerebro, pensando en tí, necesitandote a tí y rogandote por favor comprendas, que éstas palabras sólo las he escrito para decirte que

M.E. H.E. E.N.A.M.O.R.A.D.O. D.E. T.I.

Y ruego, que ojalá puedas perdonarme, por no haberlo hecho antes y acojas éstas palabras escritas en las páginas de mi corazón, con la tinta de mis lágrimas que gritan mis ojos por ti como tuyas, pues son sólo las que han salido de pensar en tí.

Espero estas palabras que mis manos han hablado, no sean más que los anhelos que tus ojos han imaginado y mengüen así nuestra relación. Suplico no respondas a estas palabras con una indiferencia, ni mucho menos con palabras amorfas cuyo significado se pierda en los anales del tiempo.

Uno nunca sabe a quién conoce, pero sé que mi corazón piensa que mi cerebro siente que desde siempre te ha conocido. Perdonalos así como mi corazón ha perdonado que te hayas llevado mi pensamiento y ahora ruega te lo lleves a el.

Sin mas lágrimas que derramar, pues mis palabras se han secado, me despido de tí prometiéndote, jamás olvidarte.