Esperándome
Joaquin viajaba en su carro, los vidrios polarizados no dejaban se introdujera la poca luz que brincaba jugueteando en los charcos de agua de la calle. Mojandolo todo con motas de colores rojos, rosas, azules, amarillos. Iba perdido en sus pensamientos, en las añoranzas de antaño, pensamientos que corrian como bolidos sobre carros de carreras. Podia verlos viajar frente a el a cientos de km/h, avalanzandose unos sobre otros, todos queriendo llamar su atencion, ser los primeros en venirle a la mente. Pero ninguno podia ganarle al recuerdo de Brim.
Asi pasaron las calles una tras otra, como si el carro estuviera inmovil, atrapado por las arenas del tiempo, arenas movedizas de pensamientos que devoraban todo alrededor de Joaquin. Una cancion interrumpio sus pensamientos, la conocia bien, pero no recordaba porque. Las notas comenzaron a iluminar el interior del carro, la calle se convirtio en un pentagrama, el carro brincaba como rana alcanzando cada uno de las notas, volando hacia arriba, cayendo como en precipio entre coros. “Acompaaañameeee…” recitaba la voz en el fondo… “Porque puede sucedeeeer… Acompaaañamee… Que me puedes llegar a quereeeer…”.
Esas palabras dulces lo llenaban de pies a cabeza, alcanzar las notas cada vez se volvia mas dificil, la miel de los pensamientos pegaban las notas una con otra. La voz se distorcionaba, como un viaje de LSD, “Cerca de mi corazoooon….”. El corazon de Joaquin se aceleraba, Brim se divisiba en la lejania del vacio, su mano se acercaba a la de el, llamandolo, pidiendo la acompañara. De un brinco su corazon salio de su pecho, comenzando a correr, Joaquin se sentia cayendo a traves de un pozo obscuro, sin fondo, la nada lo consumia, mientras su corazon corria y corria intentando alejarse de el, alcanzar a Brim. El sudor del corazon se volvia rojo, rios de sangre brotaban del suelo, las olas avanzando hacia Brim, saboreando el dulce olor de su perfume, los rios, ahora mares, la abrazaron, envolviendola con sus brazos de angustia. Su vestido negro con motas blancas estaba ahora humedo por la sangre, lentamente comenzo a subir el nivel, ella hundiendose, mas y mas, hasta que quedo completamente sumergida. Abriendose paso entre laberintos del cerebro de Joaquin corria y corria, buscando la salida de su mente. Lanzandose contra el suelo, puso sus manos sobre aquella gelatinoza masa, su desesperacion lanzo un grito desgarrador desde el interior de su ser. Las paredes se cimbraron, el suelo comenzo a vibrar. El laberitno se convertia en polvo mientras ella caia, tomando la mano de Joaquin mientras caian al vacio.
En ese momento detuvo Joaquin el carro, habia llegado por fin al bar del restaurante “Alas”. La cancion aun tocaba en el fondo del carro. “Sabes lo que decia el cable que puse a mi padre?” rezaba la cancion como mantra “No me interesa” respondia la cantante “Que habia encontrado novia en España” que hubiera pensado Brim si le hubiese dicho algo asi, pense “Enhorabuena” seguian las respuestas de la cantante como burlandose de mis pensamientos “Me conesto, si te casas considerate desheredado”, curiosa ironia pense, la vida me habia desheredado por amar mas a Brim que a ella misma, “Y tu que piensas hacer?” cuantas veces no habia escuchado a Brim hacerme esa pregunta cuando le decia que no podia vivir sin ella, “Si me sonries, considerarme desheredado y muy feliz”, que mas le podia responder? “No te lo creo” Ni la misma vida lo creyo, “Palabra de estudiante pobre, me crees ahora?” Y como no iba a creerme conmigo de rodillas frente a ella, implorando por su amor? “Si” respondia la cantante. “¡¡¡Mentiraaaas!!!” grite, apagando de un golpe el radio. Eso no pasa, solo en las peliculas. Mi mundo se nublaba tornandose rojo carmesi, cuando de pronto un valet toco a mi ventana con el nudillo del dedo medio, sacandose asi de mi letargo. Sus ojos penetrantes me miraban fijamente, abri la portezuela decendiendo lentamente, tome las llaves y se las introduje en los ojos, tomo su pluma, el monton de papeles y escribiendo mis placas arranco de un tiron el contrarecibo y me lo entrego. La sangre ya dibujaba en la calle un camino por donde el auto comenzo a caminar en automatico. Volvio a girar las llaves y las saco de sus cuencas vacias. Colgando las llaves por el nervio optico de los ojos en una cajita volteo a verme sonriendome “Eso es todo caballero” mientras un par nuevo de ojos aparecian donde habian estado los otros.
Me gire y camine a la entrada, en la puerta estaban dos enormes gorilas con sombrero regalo de Dick Tracy. “Como esta la señora nana?”, azotando los puños contra el suelo respondi “No bien por lo visto”. Bana era un poco explosivo y malhumorado, lo que lo hacia un buen cuidador, solo habia que saber tratarlo. Quitandome los guantes delicadamente de las manos, tome mi sombrero dando las gracias mientras retiraban la serpiente de dos colas que habian comprado especificamente para este trabajo. Me introduje en el bar cuando inmediatamanete oi el alboroto tras de mi, la cadena ya estaba puesta en su lugar y habia abierto la caperuza agitando sus cascabeles enroscados en los postes a cada lado de la entrada. “Estos no aprenden” pense, mientras dejaba atras a los que querian entrar. Introduciendome mas y mas en aquel largo pasillo que se oscurecia a cada paso.
Como se podran imaginar, este se llama “Bar Serpiente”. Hace mucho tiempo, poco despues de que el hombre dejara de dominar la tierra, las serpientes se juntaron y para no morir de hambre, decidieron crear una soña roja. Aqui se encuentra todo tipo de fetichismos e historias extrañas con serpientes y este glamoroso bar, donde 47 se ofrecio como edificio. 47 es una vibora que muto y ahora tiene medidas colosales. La gente en forma de desprecio querian matarla, hasta que se volvio el bar mas importante de la zona. Segui adentro, hasta que que una legsy se acerco a mi. Sujetando su ligero para no perderme, nos introdujimos entre uno de los pliegues de los musculos de la vibora, siempre me habia sorprendido como entrabamos por un lado y terminabamos en otro totalmente opuesto. Los ajenos a este mundo creemos que es debido a microscopicos, ahora suficientemente grandes, tuneles donde fluye liquido, pero siempre te llevaban al lugar indicado, si ibas con la persona indicada. Si te perdias, podias terminar en el estomago, algo que no era muy agradable.
Legsy me llevo al salon principal, varias mesas ya estaban ocupadas. Alce la vista a la barra y le guiñe un ojo a la bartender. Inmediatamente volvio Legsy con mi copa, un Johnnie Walker Etiqueta Negra en las rocas. Por si no se lo han preguntado, este bar intenta minimizar costos, que aunque las viboras tienen que comer unicamente una vez al mes, son bastante tacañas, de esta manera desarrollaron un sistema donde cortan a las mujeres a la mitad. Asi el torso atiende la barra, mientras las piernas reparten los tragos. No es una agradable visita si es tu primera vez, pero con el tiempo te acostumbras, yo lo he hecho. Levantando un trozo de piel del muslo introduje el billete “Quedate con el cambio” le ordene a las piernas, mientras se giraban y desaparecian en el horizonte. No pensaba estar mucho tiempo en el bar, cuando bebo me da por escribir como ahora, por eso prefiero escuchar la musica y retirarme. En ocaciones, como esta, prefiero escribir para beber.
Habian pasado unas copas, dos o tres, no recuerdo en realidad, cuando comence a recordar. Sabia que no debia hacerlo porque mientras mas recuerdo, mas se nubla mi alrededor, hasta que me pierdo. Pedi otro mientras firmaba para abrir una cuenta, esto iba a tardar. Ya me conocian, pero era una mera formalidad. A este tipo de bares suele asistir gente de las grandes empresas, gerentes con las secretarias, los de contabilidad, mercadotecnia y demas departamentos que buscan una interaccion mas cercana para odiarse el resto de sut iempo de convivencia en la oficina. Una cancion empezo a tararear en lo profundo de mi cabeza. Llevaba ya unas seis o siete copas viajaban como rios de arena en un reloj.
“Como han pasado los añooos” recitaba la cantante en el escenario “Como cambiaron las cosas, y aqui estamos, lado a lado como dos enamorados, como la primera vez” acerque mi mano a la de Brim tomandola entre las mias, “Y aqui estamos frente a frente, como dos adolescentes, que se miran sin hablar”, voltee a verla mientras mis ojos se estiraban hasta alcanzarla, rodeando su cuello con sus manitas delicadas, abrazandola. “Sera cierto Brim?” pregunte mientras susurraba ella “Parece que fue anoche, cuando bailamos abrazados y juramos un te quiero”. “Por eso nos castigo Dios” pense “Por jurar en vano”. Su mano se estiro y se tenso, como liga se acerco su sillon al mio.
Sus ojos me miraban, me quite la ropa rapidamente y me meti a nadar en ellos, tratando de recordar lo que habian visto. La negrura de sus ojos se confundia con la oscuridad del lugar. No sabia mi rumbo, solo nadaba y nadaba. Los recuerdos, como algas, se me pegaban al cuerpo. Los besos volaban en el cielo como pajaros emigrando al sur. Comenzando la boca de Joaquin a besar con pasion sus labios, las lenguas de ambos luchaban como leones enjaulados por el ultimo brazo de hombre en aquella prision. La humedad de las lenguas recorrian lso labios de ambos, mordisqueando ella el labio superior de el, bajando el sus labios al inferior de ella, recorriendo Joaquin con su nariz la mejilla de ella, respirando el dulce aroma de su piel, dejando que el aroma recorriera su mente, si piel, su nariz, sus pulmones, su recuerdo. Tomando Joaquin su mano dercha la subio por el brazo hasta su cuello. Rodeandolo con sus dedos acaricio su nuca, entrelazando sus dedos en los cabellos tersos, rizados de ella, que descansaban sobre sus hombres como dos cataratas en una noche oscura chocando con el suelo. Los labios de Joaquin recorrieron su mejilla acariciandola, la boca de ella respirando en el oido de el. Ambas mejillas pegadas, la mano izquierda de el escbullendose atras de la espalda de ella. Abrazandola fuertemente, sus labios susurraron con pasion, con lentitud, con zozobra, dejando que las palabras se deslizaran como dos maestros del patinaje “Habran pasado los años, pero el tiempo no ha podido hacer que pase lo nuestro”. Legsy retiraba su copa vacia, una lagrima nacia en su boca, una copa mas habia muerto por ella. Guiñe con el ojo derecho a la bartender mientras Brim y Joaquin seguian abrazados. Las luces se hacian mas tenues, dejandolos a oscuras.
En eso recorde respirar y sali del agua, intentando tomar bocanadas de aire entre tragos de Johnnie, los besos se divisiban en el horizonte. Nade hasta la orilla, secandome con un puercoespin, tome mi ropa y me volvi a vestir. Me quedaba grande asi que tome una serpiente marina y me amarre los pantalones “Van con el lugar” pense, mientras a grandes zancadas me alejaba de sus ojos. Su mano aun entre las mias se alejaba lentamente, dejando las mias vacias, frias, sufriendo la perdida. “Como han pasado los años” volvi a pensar, mientras acercaba el vaso, que seguia enfriando mis manos, a mis labios. La luz del escenario comenzo a apagarse, la interpretacion de aquella antiquisima cancion habia sido hecha magistralmente. Todo el bar se puso de cabeza mientras aplaudia con los ojos. Es digno de mencionarse esto, porque no era frecuente ver algo asi por estos rumbos. Pero todos aplaudian excepto dos mesas, la mia y una mas en el fondo. Me pregunte que hubiera opinado Brim porque no aplaudian ellos, si era debido a nosotros o si estaban enfrascados en su platica. Pero lo que describire ahora es lo que sucedio despues, en realidad era algo sorprendente. Digo sorprendente porque no siempre escribo en este estado. Que estado es? No lo se, hace mucho que me mude de ciudad y no se en realidad donde vivo, solo se que vivo para escribir pero no generalmente en este estado, solo si es sorpresivo.
El escenario volvio a iluminarse, esta ves habia aparecido mi cantante favorita, delgada, metalica, tenia un aire de aquellos microfonos de antaño donde cantaban los “Tres Diamantes”, pero como todo en esta epoca, modernizada. Su delicada voz comenzaba a cantar, mientras observaba con detenimiento a la pareja.
La pareja estaba sentada en un rincon del lugar. El bar estaba semi-oscuro. Suficiente luz para que las Legys caminaran con su radar, pero tambien la poca luz necesaria para permitir que las parejas intentaran cualquier tipo de flirteo. La mano de el estaba sobre la pierna de ella. Ella tenia sus piernas cruzadas, un poco alejadas de el. Lo suficiente para hacerlo que rogara. “Ereees mi bien… Lo que me tiene extasiadooo…” cantaba Mic-y en el escenario con su pulcro vestido rojo con brillantina y sus guantes blancos hasta la mitad del antebrazo, abrazando el microfono con sus delicadas manos como haciendole el amor. Al fondo, entre la oscuridad de la luz estaba su pianista ciego favorito, con su copa de vino tinto que se perdia en la oscura madera del piano. Los ojos de el estaban clavados en los pechos de ella. La botella al centro de la mesa, vestida de charro, bailaba con las botellas de refresco, se nota que estaba un poco ebria por como se movia. “La gloriaaa eres tuuuu…” balbuceaba el hombre en el oido de ella. Me recordaba cuando conoci a Brim y las promesas que le habia hecho a cambio de su amor.
Mis pensamientos se fueron perdiendo en los ojos de ella, mas y mas, introduciendo mi cabeza, mi cuello, mis brazos. Sentia sus labios susurrar palabras de lujuria a mis oidos. Estaba apunto de ponerme de pie para aplaudir a mi cantante favorita, cuando Legsy acerco la cuenta a mi mesa. Con la pluma que traia pegada a su cuerpo firme y de un trago me abalance dentro del vaso, terminando con el ultimo vestigio de sobriedad..
Tome mi abrigo y camine guiado por Legsy, me despedi de ella con una generosa propina y sali a la calle, el aire golpeando mi cara. Bana se despidio de mi, mandandole yo saludos a su esposa. El valet se acerco a mi diciendome que Legsy le habia pedido que me llevara a casa por mi estado. Asintiendo con la cabeza le entregue las llaves y se subio al auto del lado del conductor. Inmediatamente me sente sobre el y senti como se convertia en hoja, succionandome contra el asiento. Encendio el motor con mi mano y me dirigio hasta mi casa. Donde descendi y se convirtio en vapor. Cerre la puerta del auto, puse la alarma y mire al cielo, viendo la luna. Tome una roca lunar entre mis manos y le pregunte a la luna mientras la gravedad atraia a Brim que seguia orbitandola.
“Crees que deba seguir teniendo esperanza?”