Buscando el bar
Este pequeño textito lo escribi hoy, hace como 10 minutos hahaha… No es la gran onda… pero me gusto y lo vine a poner… Como no tengo un nombre aun, tendra uno sacado de la manga…
Saludos
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Buscando el bar
Estabamos en un bar-restaurante. Recuerdo que llegamos ahi porque era el unico lugar que no conociamos, y queriamos experimentar algo nuevo, que no fuesemos a olvidar. Era la primera vez que nos veiamos.
El bar-restaurant tenia luz tenue casi oscuro, un gabinete redondo de terciopelo rojo, casi uva, para hacer mas oscura la velada y menos alumbrados los pensamientos. Una vela en la mesa su cafe en la mesa, mi cheve de mi lado, mojando el mantel, como mi sudor mojaba mi nerviosismo de estar ante este ser de inexorable belleza, el cenicero al centro de la mesa.
La servilletas sobre nuestras piernas, de tela, blancas, la musica tranquila, soporifera, pero acorde al momento, ambiente y lugar. De pronto una cancion de esas de moda comienza a sonar como ecos en la cabeza de ella.
„Que te pasa?“ – pregunto mortificado.
„No nada, es solo que con esa cancion conoci a mi ex, y me lastimo mucho“ – respondio mientras una lagrima nacia en sus ojos para recorrer su mejilla y terminar besando sus labios para consolarla.
„No te mortifiques“ – dije, con la voz calma, apenas pudiendo hablar por la congoja.
La musica seguia tocando cuando comenzo a sollozar.
„Ya vas a ver encontraras alguien que te quiera“ – le dije optimistamente, mientras veia sus ojos rojos, vidreados, sus manos sosteniendo la servilleta sobre sus piernas, tome sus manos sobre su servilleta y me acerque.
„Ya calma“ – susurre, mientras la abrazaba y recargaba ella su cabeza sobre mi hombro, tome mi mano derecha entre sus cabellos mientras acariciaba su cabecita, su nuca, descansando la mano en su espalda.
„Ya… no llores… que me haras llorar a mi“
„Lo siento“ – respondio ella apenas articulando palabra, mientras alzaba su cabeza para verme, sus labios a pocos centimetros de los mios. Tome la palma de mi mano poniendola suavemente sobre su cara, acariciando su mejilla, mientras con la yema del dedo pulgar limpiaba la lagrima aventurera que habia osado manchar sus ojos con el rojo de la tristeza, de despintar aquella belleza fugaz de su cara. Y de un solo movimiento acariciendo la herida de su lagrima la destrui, mientras sosteniendo su cabeza con mi mano acercaba mis labios a los suyos, besandola delicadamente.
Lo salado de sus lagrimas recordandome su tristeza y lo dulce de mis labios llamandola a que olvide.