Brim I
“Quisiera no pensar…” – pensé.
“Vaya ironía” – exclamé en voz alta, mientras dibujaba una cínica sonrisa con mis pensamientos
que bailaban alrededor de fatua fogata, que algunos llaman amor.
Quisiera no pensar…” – continué mi pensamiento – “¿Para qué?” – me pregunté.
Obvio conocía mi propia respuesta…
Para olvidarla” – exclamé triunfante, como si hubiera encontrado la respuesta a los misterios
de la vida.
Pero la verdad es que ni siquiera había resuelto mis propios misterios. Seguía caminando por la calle.
“Como aquél amigo, que caminaba, mientras se daba cuenta lentamente de sus mecánicos movimientos.”
– pensé.
Era la metáfora de mi vida, caminaba sin rumbo, sin saber porqué. Simplemente lo hacía, volteaba veía una persona, algo murmuraba, se opia tan distante su voz, le parecía tan lejana, como si él no existiera. Mientras más se concentraba en su realidad, mas difuse ésta le parecía.
La calle era una tortuosa caminata para sus pies, las imperfecciones del suelo laceraban sus
pensamientos, los hacían imperfectos.
Pasó frente a una tienda, una muchacha miraba el escaparate. Sin pensarlo dos veces gritó: Brim”.
Sus oidos se estremecieron, parecían cuernos de guerra, miles de pensamientos chocando como
las olas contra las rocas de su testaruda mente por recordarla.
Se recuperó para toparse con la realidad. Como una ráfaga, como agua que sale por las compuertas
de una presa, éste suceso abrío las compuertas de sus recuerdos, la caja de pandora hizo
recordara esa fatídica historia tal como se cuenta fué. Y así fue como empezó a recordar, mientras
seguía caminando.
„Yo era un guerrero… momento… ¿yo quién?“ – pensó.
”Pues yo, obviamente, sino yo quién?, yo no puedo ser tu y tu no eres nadie, y si soy nadie,
puedes ser alguien, todos.“
”El era un guerrero…“ – dije, después de distrarme con mi patética duda existencialista – ”elfo,
para ser más específicos“ – añadí. ´ El vivía en una época distante a mí, en una época que
denominaban la era oscura. ¿O sería mejor que fuera un gnomo?, ¿O un humano?, ¿O una serpiente?,
¿O mejor un ptera…?
Deja de decir tonterias“ – me dije. – ”Era un humano y ya, un humano… guerrero“ – volví a agregar,
como si a alguien le importara. cuenta la leyenda, que este hombre ”guerrero“ – añadí con
zorna, peleó batalla campal, por esa cosa llamada amor. Por una mujer luchó, imperios sucumbieron
a sus pies, y la naturaleza no tuvo mas que suplicarle perdón a este guerrero. Me volví a
estremecer y no sabía porqué, así que lo olvidé y continué.
ada mañana nuestro guerrero se levantaba con el canto del gallo, pero ésta mañana era inusual,
el guerrero repentinamente escuchó un ruido. A lo mejor soy un pco paranoico, pero mis
oidos se agudizaron. No escuché nada, así que continué con mis labores usuales, tome el hacha,
puse mi madero y como hacha que corta el aire, el tronco se abrió de miedo al ver el hacha
acercarse. cuando terminé con los maderos los junté y los apilé junto a la chimenea, ya venía el
invierno y cada vez hacía más frío. Continué con mis labores, cuando como fugaz imágen supe
qué estaba mal ésta mañana.
Cuando me levanté, por rutina o por sueño, no me había percatado de que Brim no estaba. Ella no
solía levantarse tan temprano. ¿Qué podría haberle sucedido?, ¿donde podría estar?. Tomé mi
caballo y a todo galope comencé a recorrer mis tierras, eran extensas, pero mi desesperación era
más grande. Cabalgué y cabalgué, hasta que con temor observe una torre frente a mi, enhiesta,
erguida como un roble fuerte.
Me acerqué, tenté la pared. No era grande su diámetro, pero su altura era inmensa. Miré al cielo,
sólo para ver como un pájaro se perdía entre las nubes, para poco después caer en picada a mis
pies. Esto sólo hacía que mi corazón se llenara de más desesperación.
Brim“ – grité. Se escuchó un ruido que no distinguía si eran los árboles llorando mi tragedia
o Brim. Acerqué mi oreja a la pared y tratando de aguidzar mi oido, volvi a gritarle a Brim.
Entonces como si una céfiro de certidumbre tapara mis tristezas, escuché su melodiosa voz, que
hacía coro con los latidos de mi corazón. Al imaginarla ahí dentro, en su funesta prisión, mi
corazón se lleno de zozobra, recordé su bella cara, tierna, sus redondos ojos, brillantes como el
sol, bellos, llenos de vida. Era un éxtasis a la vista recordarla, un orgamos de los sentidos. Las
lágrimas me sobraban, y las palabras me faltaban para describirla. Me senté a llorar, mientras
cantaba la oda a Brim.
Tu belleza alejas,
Mis ojos te miran,
Es necesario verte,
aunque seas mi muerte.
Brim
Te pido un suspiro,
Te ruego no me lo quites
Solo por verte el aliento,
Te imploro no me mates.
Veme
Te veo y no estas,
Me ves y desaparezco,
Abrazame con tus ojos.
Aparece
No me calles,
No me ames,
Solo veme.
Tenga
Tu belleza mis ojos matan,
Tu cara mis palabras callan,
Tu nombre es mis pensamientos,
Tu existencia mi vida desaparece.
Abrí
Verte y no tenerte,
Escucharte y no me hables,
quererte y no me veas.
Teme
Obsesión es tu pensamiento,
Mi pensamiento tu belleza,
Tu belleza mi desesperación,
Mi desesperación tu regalo,
Y tu regalo mi muerte.
Amala.
Me sentía abrumado por el ejército de ladrillos, no tenía armas más que mi esperanza para combatirlos.
Después de mucho pensar, me pregunté – ”¿Y quién la metio ahí?‘.
ntonces una respuesta apareció como si quisiera distraerme de mi pensamiento. Tenía dos opciones,
tomar un cinsel y quitar ladrillo por ladrillo, método que no sabía cuanto tiempo demoraría mi reencuentro con mi amada. Ignoraba que sucedería primero, la muerte de mi Brim
amada, o mi éxito. La otra opción era… me temblaba la voz al siquiera pensarlo. Con una especie
de ariete, pero ”Cómo hacer que caigan las piedras fuera y no dentro?“ – me pregunté. Pensé y
pensé, los árboles arrullaban mis pensamientos. ”Ya sé“ – grité, cuando de pronto un estrepitoso
ruido interrumpió las palabras.
olteé y un carro se trepaba casi sobre mí. ¿O eso ya lo había contado?. Es tan real que aun
lo siento sobre mí. No supe que hacer, más que permanecer inmóvil. No quería morir, pero ahorita
sería lo mejor que me podría pasar. Me di cuenta que seguí caminando. Volteé atrás y volví a
ver a la persona que murmuraba. ¿Era un deja vu?, ¿O no lo había oido murmurar yo?. Me sentía
desconcertado, ¿a caso pensaba?. ¿O por fin lo había dejado de hacer?.
ubí las escaleras a mi apartamento, metí la llave, traté de empujar la puerta, pero ésta no se
movía. De pronto se abrió y me ví salir como en un espejo. Cerré los ojos, entré a mi departamento,
con miedo abrí de nuevo los ojos, pero no estaba nadie mas que yo. „Será que ahora sí me
estoy volviendo loco, y Fermat no ayuda?“ – pensé.
aqué una cerveza del refrigerador, me senté frente al televisor y cambié de canal una y otra
vez, sin rumbo, sin ver nada, así como cunado caminaba. De pronto me llamó la atención mi
amigo en las noticias, subí el volúmen, para sólo alcanzar a escuchar lo último, mientras mostraban
putrefactas escenas de morbo. ”Como es costumbre en los noticieros de hoy en día.“ – pensé.
Por un momento creí verme en la tele, pero el sonido me distraía de mis pensamientos. ”Traía
una rosa en la mano y un poema de nombre Brim en la otra.“. Alcé la vista de la admiración por
mi cerveza, para ver la televisión. Para mi espanto, era yo, atropellado por un carro.
¿O era mi amigo?, ¿O era el guerrero? Entonces recordé la historia del guerrero humano y me
pregunté como habia muerto aquél guerrero. ¿Llorando a caso pro su amada, entonando su oda?.
Entonces me pregunté” ¿Morí?, ¿quién murió“.
”Todos“ – escuché.
”¿Quién todos?“ – volví a preguntar.
”Tu“ – respondió una vez más.
”¿Yo?, pero yo no soy todos, yo estoy vivo!‘
”Si, si lo eres“ – respondió la voz.
”¿Cómo? ¿Y tú quién eres?“
”Tu“
”¿Y quién soy yo?“
”Yo“ – me respondió.
”Entonces yo soy todos?
”No, no somos nadie“
”Al menos para Brim…“ – añadí, aun sin entender que me habia dicho.
esde entonce sno pienso, para no olvidarla. Y mientras menos pensaba, más me alejaba de
mi no existencia, y más dejaba de existir. Hasta que mi último pensamiento existente fué, que
uno no es lo que cree ser, sino lo que otros recuerdan de uno. O sea que estamos destinados a no
existir, al menos para Brim.